El Priorat, situado al sur del Principado, forma parte de las comarcas de la Cataluña Nueva, el territorio ocupado por los sarracenos hasta el s.XII. Conserva vestigios de épocas pretéritas que nos hacen viajar en el tiempo, entre los más lejanos la fortaleza sarracena de Siurana, capital del extenso valiat del mismo nombre, en el interior de la cual se han encontrado los restos de una de las mezquitas más antiguas de Cataluña. La reconquista cristiana, iniciada por el rey Ramon Berenguer IV, comportó la edificación de iglesias y monasterios para difundir la nueva fe.
La iglesia de Siurana es un buen ejemplo, construida al s.XII, es una de las pocas iglesias de estilo románico que se conservan al sur de Cataluña. La cristianización nos legó el monumento más destacado de la comarca: la Cartuja de Santa Maria de Escaladei. Fundada a finales del s.XII, inicialmente de dimensiones reducidas, fue ampliada y reformada a lo largo de los siglos hasta llegar a tener el aspecto neoclásico que hoy podemos entrever.
El Priorat de Escaladei fue durante siglos una administración poderosa que entró a menudo en conflicto con la casa de Prades, señores de buena parte del resto del territorio prioratino. Los condes de Prades construyeron el castillo que domina la villa de Falset al s.XII, que pasó de familia en familia hasta llegar a manos de los últimos señores de la población, los Medinaceli. Estos hicieron levantar al s.XVII su palacio en la plaza de la Cuartera (actual Ayuntamiento), una de las plazas más bonitas del Priorat, bien cerca de la cual, otra familia noble, los Azara, construyeron su residencia (actual sede del Consejo Comarcal del Priorat). Son testimonios de este esplendor las bellas fachadas de los dos edificios.
La industrialización de Cataluña del s.XIX también llegó al Priorat, aunque modestamente. La explotación minera de la cuenca del Siurana, nos ha legado un complejo minero-metalúrgico de los más importantes del país al pueblo de Bellmunt.
Los aires de modernidad y las nuevas tendencias vanguardistas de inicios del s.xx, junto con el movimiento cooperativista, dejaron la huella de arquitectos relevantes como Cèsar Martinell, discípulo de Gaudí. Padre del modernismo rural, proyectó las llamadas catedrales del vino, concretamente al Priorat, las bodegas cooperativas de Falset y Cornudella de Montsant