Servirse una copa de un buen vino es todo un placer. Ahora bien, hay que tener en cuenta muchos aspectos para poder disfrutar de su consumo. ¿Sabes a qué temperatura se debería servir? ¿Conoces los diferentes tipos de copas que hay y cuándo se debería utilizar cada una de ellas? ¿Sabrías escoger el mejor maridaje para cada vino? Son muchos los errores posibles a la hora de servir el vino, así que hoy resolvemos algunas dudas con aspectos a tener en cuenta para servir el vino correctamente.
En primer lugar, hablemos de la copa. No es solo un recipiente donde servir el vino, es también un instrumento que debe cumplir unos requisitos concretos: debe ser de vidrio pero lo más fino posible, transparente e incoloro, para poder distinguir el color del vino. Deben ser de una forma convexa con bordes hacia el interior, con el fin de retener los aromas.
En cuanto al tamaño, debe ser lo suficientemente grande como para verter el vino suficiente. Recordemos que cuando servimos el vino lo ideal sería un tercio de la copa, así podremos hacer girar el vino en ella para liberar los diferentes aromas. También nos permitirá levantarla con comodidad para observar su contenido a contraluz.
¿Y qué tipo de vino se sirve en cada copa? El vino tinto en una copa grande porque necesitan una buena oxigenación, así que cuanto más concentrado sea el vino, mayor debería ser la copa. El vino blanco y rosado los puedes servir en una copa mediana para poder recoger sus sutiles aromas. ¿Y para los espumosos? La copa debe ser larga, alta y delgada.
Hablemos ahora de la temperatura. Recordemos que la temperatura puede afectar en el olor y el sabor de un vino. Cuando se sirve a su temperatura ideal, vivimos una mejor experiencia.
- Blancos de bota con cuerpo: Ligeramente fríos (10 – 13 °C)
- Blancos jóvenes ligeros: Fríos (7-10 °C)
- Vinos dulces: Bien fríos (6-8 °C)
- Vinos espumosos: Bien fríos (6-10 °C)
- Tintos jóvenes ligeros: Ligeramente fríos (13 °C)
- Tintos de crianza y grandes añadas con cuerpo: (15-18 °C)
¿Y si tenemos vinos que pasan años, incluso décadas, encerrados en botella? En este caso necesitarás decantar el vino previamente por dos motivos: el primero es para liberar el vino de sedimentos o depósitos. Este depósito es natural y se forma durante el proceso de envejecimiento de los buenos vinos tintos.
El segundo motivo es el de facilitar la respiración del vino para oxigenarse y liberarlo de posibles aromas concentrados y adquiridos durante su estancia en la botella. Otra opción para ayudar a oxigenar el vino, es la de abrir la botella un par de horas antes de su consumo.
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