Ahora que estamos ya a pocas semanas para la llegada del verano es el momento idóneo para empezar a organizar la próxima escapada de estas vacaciones. ¿Cuántos de vosotros pasaréis unos días por el Priorat? ¿Sabéis todo lo que podéis hacer en la comarca? Las actividades a realizar son muy diversas, pero… ¡no os podéis ir del Priorat sin visitar la Cartuja de Scala Dei y os explicamos por qué!
Es, de hecho, una visita imprescindible para conocer la historia y los orígenes de la comarca. Sus inicios se remontan al siglo XII, cuando llegaron unos monjes cartujos de la Provenza buscando el mejor emplazamiento para construir un monasterio, encargado por el rey Alfonso II de Aragón, conocido como Alfonso El Casto o el Trovador.
¿Sabías que mientras buscaban el espacio ideal coincidieron con un pastor que había soñado con unos ángeles subiendo al cielo por una escalera apoyada en el tronco de un pino? Esto les animó a construir allí mismo, en aquel paraje singular, un pequeño claustro. ¡La historia no acaba aquí! No solo construyeron el monasterio, sino que interpretaron el sueño del pastor como una señal y decidieron bautizarlo con el nombre de Escaladei o “escalera de Dios”.

IMAGEN CEDIDA POR CELLERS SCALA DEI, SOCIO DE PRIORAT ENOTURISMO
Desde aquel momento, el esplendor de La Cartuja fue en aumento. Durante siete siglos, los monjes poblaron los campos, construyeron molinos y difundieron entre la gente de la comarca el cultivo de la viña. El Prior, de ahí el nombre de la comarca, era el responsable general de los pueblos de la zona centro del actual Priorat, coincidiendo aproximadamente con los que están hoy en día dentro de la Denominación de Origen Calificada Priorat.
En definitiva, La Cartuja destacó por su riqueza. El extenso patrimonio englobaba muchas posesiones territoriales, además de tener dominio directo sobre los pueblos de la comarca y las propiedades rústicas, animales -sobre todo caballos-, censos de todo tipo y otros bienes. Ahora bien, con la desamortización de Mendizábal, en 1835, los monjes huyeron dejando atrás la esplendorosa cartuja, que quedó en ruinas tras el saqueo de los campesinos, cansados de pagar diezmos y sumisión.
Actualmente se encuentra en un avanzado proceso de consolidación y restauración. La última intervención importante se realizó en 2013 cuando se limpiaron y reformar algunos de los espacios más castigados del conjunto, como la zona central y el claustro menor. Gracias a esta restauración podrás acceder a zonas del edificio que antes solo se podían ver desde el exterior.
Si te acercas a La Cartuja, podrás pasear por el recinto y contemplar la arquitectura de fachadas, arcos, pavimentos y muros. Destacan los vestigios de la iglesia y del claustro mayor, además de una de las celdas de clausura, reconstruida con todo detalle tal como estaba cuando habitaba en ella un padre cartujo. Su ubicación al pie de la vertiente sur de la sierra de Montsant le da un marco paisajístico incomparable.

IMAGEN DE RAFAEL LÓPEZ MONNÉ
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