Calma, silencio, tranquilidad y un trato familiar. Judit y Ramon llegaron al Mas del Salín buscando un proyecto de vida diferente y lo encontraron en un lugar rodeado de natura y con unas vistas privilegiadas que convirtieron con su hogar. Desde abril del 2010 que la comparten con sus huéspedes, ofreciéndolos un trato cercano para hacerlos sentir como en casa. Su proyecto va dado de la mano de la ecología y el respeto por el entorno. Los olores, el silencio y el paisaje forman parte de la experiencia de alojarse a Mas del Salín.
En el año 2006, cuando encontraron el Mas, «estaba muy derruido, pero enseguida vimos que este era el lugar que buscábamos para hacer un cambio de vida y poner en marcha nuestro proyecto» explica Judit. Pasar de vivir en una ciudad como Reus a estar en pleno contacto con la natura, fue el primer paso. «La idea era tirar adelante el proyecto como un alojamiento rural, al mismo tiempo que sería nuestro hogar, ofreciendo el servicio de alojamiento, almuerzos y cenas».
Desde el Mas del Salín las vistas son privilegiadas, haciendo una mirada panorámica se puede ver el Pantano de Siurana, la Sierra del Montsant, el pueblo de Siurana y las montañas de Prades. «Es un lugar que tiene muchas posibilidades para hacer muchas actividades cerca: en el ámbito enoturístico, cultural, deportivo… Desde visitar una bodega o un molino de aceite, a hacer una salida a la Cartuja de Scala Dei, hacer kayak al pantano de Siurana o escalar las rocas de Siurana, reconocidas mundialmente por los escaladores» explican Ramon y Judit.
El silencio que se respira fue otro elemento cautivador. «Nos impresionó la paz inmensa que hay, la tranquilidad». Además, por unos amantes de la montaña, como Judit y Ramon, el hecho de encontrarse en medio de la natura era imprescindible. «Las posibilidades de senderismo que tenemos alrededor son muy diversas y es un buen lugar para los forofos a la natura, al excursionismo y la montaña en general» añade Judit.
El Mas del Salín también se reconstruyó teniendo en cuenta el entorno. «No queríamos hacer ningún tipo de impacto ambiental y por eso reconstruimos el Mas, siguiendo unos criterios ecológicos desde el punto de vista del material, la orientación, etc. El aislamiento de las paredes y el techo es de corcho, la pintura es ecológica y funcionamos con energías renovables. Empezamos con placas solares, y actualmente, combinamos las placas con un molino de viento» explican Ramon y Judit.
Los amantes del senderismo son el perfil turístico principal. «Sobre todo nos viene gente que quieren desconectar, que necesitan descansar y estar en contacto con la natura». La procedencia del turismo a los inicios era principalmente catalán, pero actualmente tienen huéspedes procedentes de diferentes países de todo el mundo: Suecia, Suiza, Noruega, Francia, Alemania, Estados Unidos, entre otros. «Nos gusta recibir la gente como si estuvieran en su casa, ofrecerlos un trato que se sientan cómodos, acogidos. El que más nos gusta es el intercambio que se produce, la tertulia» explican los propietarios. «Además, por quien no lo conocen, también nos gusta enseñar nuestras costumbres: la aceitera, el porrón, sorprenderlos con la comida tradicional casera. Los ofrecemos cocina tradicional catalana: desde una escudella o una tortilla a un pan con tomate o una escarola con romesco» explican Ramon y Judit.
El Mas del Salín cuenta con siete habitaciones (seis dobles y una triple) y se llega desde la carretera de Arbolí, cogiendo una desviación, dirección a la Ermita de Sant Pau, por una pista que sale a mano izquierda. Se encuentra situado justo encima de El Halcón, una zona de escalada muy preciada por los escaladores. El hecho que se encuentre a unos 850 metros de altitud y en medio del bosque, explica las vistas espectaculares que lo rodean. Pasear bajo la luz de la luna, hacer una copa de vino contemplando la puesta de sol o escuchar el silencio, son algunos de los privilegios que se esconden.
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